El nuevo motor de Mercedes

A la espera de su nueva versión electrificada en 2024, el diseño y la personalidad del modelo de serie más longevo de Mercedes, el Clase G, inspira a marcas de lujo como Moncler o IWC.

 

 

Se anunció en el Salón de Múnich: habrá un nuevo Clase G. Será un eléctrico, el EQG, al tamaño al que nos tiene acostumbrados, y otro, más pequeño (también eléctrico), al que se denominará g. Según, ambos conservarán las líneas cuadradas de siempre, modernizadas al estilo EQ, con parrilla negra plana, faros circulares y detalles iluminados.

Mientras tanto, la personalidad de este modelo, que se desarrolló a petición de sah de Persia a principios de los años 70, y que por algo es el más antiguo de serie de la marca (sus míticas líneas cuadradas se han mantenido casi idénticas desde 1979), ha servido de inspiración para algunos de los diseñadores. 

 

 

Es también el caso más reciente de la firma Moncler, que tan solo hace unos meses creó con motivo de la London Fashion Week Mercedes un prototipo al que se ha llamado Project Mondo G. Se trata de un híbrido con las líneas del mítico Clase G, el techo acolchado como los abrigos de Moncler, una cremallera atravesando el capó y unas enormes ruedas que parecen hinchables. Un ejercicio de estilo, que, aunque nunca se verá rodando por nuestras carreteras, le sentaba muy bien.

Otra colaboración reciente es la que ha liderado el relojero suizo IWC al crear dos versiones del Big Pilot, inspirados en el clásico G. El IWC X G63 AMG, que así se llama el modelo, está disponible en una versión en oro y en otra con compuesto de matriz cerámica (un nuevo material desarrollado por el Centro Aeroespacial Alemán para IWC).

 

 

En cuanto al diseño, las subesferas del reloj están inspiradas en los faros led delanteros del coche y el fondo del reloj está tintado y decorado como si fuera la icónica cubierta de la rueda de repuesto, que el Clase G lleva en el portón trasero desde sus inicios.

El IWC X63 AMG tiene caja de 46,5 mm e incluye correas de caucho negras con incrustaciones de microfibra. Se producirán unas pocas piezas que se venderán desde 37.200 euros.