Como acuarelas y lápices de colores

El fotógrafo mexicano Charlie Montoya, quien actualmente radica en La Riviera Maya, encontró en la cámara el medio perfecto para expresar sus emociones, sentirse libre y crear historias.

 

¿Cómo fue tu primer contacto con la fotografía?

 

Mi padre es un amante de la fotografía, por eso aprendí a usar una cámara desde muy pequeño. A los 15 años me dieron mi primera cámara personal: una Point and Shoot Fujifilm. Después, en la universidad, tuve mi primera clase de fotografía digital. Fue en este medio que encontré un camino increíble para poder expresar lo que yo quería plasmar con acuarelas o lápices de colores, pero con el cual no siempre tenía la paciencia o la disciplina para hacerlo.

 

¿Cuál fue el camino que recorriste antes de volverte un fotógrafo profesional?

 

Estudiar fotografía fue el primer paso. Cursé diplomados y tuve la oportunidad de tomar clases con figuras como Dulce Pinzón, Yvonne Venegas, Alejandro Cartagena, Roberto Tondopó y Luis Aguilar, por mencionar algunos. Sin embargo, ninguno de ellos encajaba con lo que yo que quería hacer. Yo quería retratar modelos, porque eso es lo que me imaginaba cuando quería pintar: chicas en la naturaleza, composiciones prerrafaelistas, pero con mujeres reales. Fue entonces cuando conocí a Alan Yee, fui a todos los talleres que pude que él impartía y aprendí muchísimo. Creo que no imaginaba mi vida como fotógrafo, hasta que decidí dejar Chiapas y mudarme a Cancún. Ahí comencé mi carrera como fotógrafo profesional y productor audiovisual. El caribe me abrió los brazos y la fotografía ha traído comida a mi mesa desde hace ya varios años.

 

¿Qué significa para ti la fotografía?

 

Libertad, conocer gente nueva, lugares nuevos, explorar y estudiar la luz. Empujarme a mis límites y exigirle a mi equipo el máximo. Creo que detrás de cada foto que todo mundo puede ver en las redes sociales, hay historias increíbles de cómo se realizaron y eso es lo que me gusta, tomar la cámara, manejar por horas, encontrar el spot perfecto, que la modelo entre al set y dejar que la magia suceda. Para mí significa un reto en todos los sentidos, porque soy adicto a crear historias.

 

 

¿Cómo eliges el tema o concepto que vas a desarrollar en cada shooting?

Muchas veces depende del cliente o de la gente con la que colaboro. Me gusta mucho que las modelos pongan su input y tengan voz creativa. A veces me inspiro en fotos que vemos en Instagram o en la temática de la temporada. Todas las sesiones son diferentes y todas tienen su grado de complejidad.

 

¿Cómo describes el trabajo que desarrollas?

 

Siempre me ha inspirado mucho la pintura académica y la nostalgia de épocas pasadas. Mezclo mi pasión por la naturaleza, los espacios abiertos, la arquitectura y la figura femenina en estudios compositivos. Uso muchísimo la luz del atardecer como parte fundamental de mi proceso creativo. Disfruto de lo inesperado en la coloración del ocaso.

 

 

¿Qué te gustaría retratar?

 

Me encantaría hacer fotos de naturaleza, de hecho ese es mi sueño, vivir de la foto de naturaleza. Conforme he ido evolucionando y madurado como fotógrafo y como persona, se me han despertado otros intereses.

 

¿Tienes alguna serie de fotos sin publicar diferente a lo que normalmente haces?

 

Sí, tengo varias series de mis visitas a un lugar que se llama Isla Blanca que me encantaría publicar. A este trabajo lo titulo, “The Offering”.

 

 

¿Hay alguien con quien te gustaría trabajar?

 

Sí, hay varias personas con las que me encantaría: Alejandra Guilmant, Abby Champion, Priscilla Huggins Ortiz, Carlota Enseñat, Aarika Wolf, Ella Orten y muchas más. Con marcas me encantaría hacer algo para Boutinella, Triangl y Marimur.

 

¿Cuéntanos un secreto que te funcione a la hora de hacer una foto?

 

Antes que nada, saber qué es lo que quieres y tener clarísimo cuál es el objetivo de esa foto. Tener una excelente comunicación con la modelo y un equipo de trabajo que te respalde en todo momento.

 

 

¿Hay algo más que te gustaría compartir con el público de Penthouse?

 

Sigan sus pasiones y sueños. El mundo está allá afuera, no en la pantalla de algún dispositivo.