El latido de Alexa Trejos

Modelo, empresaria y diseñadora colombiana, Alexa Trejos ha construido una carrera marcada por la disciplina, la nobleza y una autenticidad que la ha llevado de Cali al escenario internacional.

Fotografía: Gerardo Arteaga
Modelo: Alexa Trejos

 

 

Crecí en Cali, Colombia, la ciudad de la salsa y la famosa “sucursal del cielo”.

Mi niñez fue alegre: vengo de una familia grande y unida, donde las tradiciones de ambos lados —mamá y papá— eran una celebración constante. Todavía recuerdo esos días en los que jugar en la calle era lo más emocionante del mundo; escondite, stop y todos esos juegos que hoy parecen parte de otra época.

De niña soñé primero con ser médica y, con el tiempo, quise ser psicóloga. Siempre me ha interesado entender a las personas y su manera de sentir. Hoy, cuando tengo un rato libre, me gusta perderme en un libro o dejarme llevar por la música. Soy amante de todos los géneros, pero ahora la electrónica es mi favorita; mi DJ de cabecera es Jan Blovist. Curiosamente, no me gusta ver televisión ni soy fanática del cine, aunque disfruto varias películas sin que haya una favorita.

Mi gusto culposo son los chocolates… y los hombres con energía masculina. En cuanto a comida, no hay nada como los mariscos y la cocina italiana. Profesionalmente, soy modelo, diseñadora de modas y tengo una empresa de calzado en Colombia. El modelaje ha sido una puerta enorme de oportunidades, un camino que agradezco y que seguiré recorriendo. También me apasionan las finanzas y, por supuesto, la moda.

Entre la moda, el calzado y las finanzas

Lo más difícil de esta carrera es encontrarse con personas que no valoran tu trabajo o intentan poner su precio a tu esfuerzo. Pero lo más divertido es todo lo contrario: conocer gente nueva, descubrir lugares y vivir experiencias que jamás imaginaste. Viajar al extranjero, participar en televisión, aparecer en revistas… todo eso ha sido parte de mis sueños y metas.

México ocupa un lugar especial en mi corazón. Estoy profundamente agradecida por las oportunidades que me ha dado y por haberme abierto sus puertas con tanta generosidad. Sí, vienen proyectos nuevos, pero prefiero guardarlos por ahora; lo único que puedo decir es que todavía hay cosas muy buenas por vivir.

Soy una persona alegre y noble. Son mis cualidades, pero también mis vulnerabilidades. A veces creo demasiado en las personas, y eso puede jugar en mi contra, aunque me rehúso a dejar de ser quien soy. No me gusta opinar sobre temas sensibles —como orientación, religión o política— porque sé que pueden herir a otros o generar discusiones sin fin. Prefiero respetar y dejar que cada quien viva a su manera”.

No te pierdas las sesión de fotos completa en nuestra edición impresa y digital.

 

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