Jacky Ramírez: Reality Star

Jacky Ramírez rompe el silencio sobre su vulnerabilidad, el precio de la fama y la ambición que la llevó a conquistar el universo de la identidad sin censura.

Fotografía: Alex Cordova
MUAH: Geraldine Hercos
Stylist: Manuel Delgado
Coordinación: Aarón Zavaleta

 

 

Del reality a nuestra portada

Desde su irrupción en la televisión hasta convertirse en una creadora de contenido influyente, Jacky Ramírez ha tenido una carrera tan intensa como sus apariciones en realities. Hoy, al protagonizar la portada de Penthouse México, consolida una imagen que ha buscado con determinación: una mujer hermosa que construye su propio destino. En una conversación íntima, nos revela la dualidad entre su faceta pública y una sensibilidad que solo ella conoce.

La trayectoria de Jacky no es la de una estrella descubierta por casualidad, sino la de una mujer con una visión clara de su legado. Para ella, el mundo del entretenimiento es la plataforma desde donde sueña en grande. “Me gustaría que me recordaran en el mundo del entretenimiento y todos los medios, como una sex symbol, que poco a poco fue cumpliendo todas las metas que se fue proponiendo”, afirma, con una convicción que desarma cualquier crítica.

Esto se nutre de una perspectiva global, moldeada por sus continuos viajes. Cada destino, desde Dubái hasta Las Vegas, le ha ofrecido un panorama más amplio, aunque a veces la ha hecho cuestionar su propia realidad. “Cada que voy a Las Vegas, para mí es como si fuera la primera vez”, confiesa. Sus viajes son una inmersión en la cultura y el pensamiento, regresando siempre con algo nuevo: “Siempre regreso de un viaje con algo nuevo, siempre”.

 

Dueña de su propio camino

A pesar de los reflectores y la evolución de su carrera, Jacky asegura que su esencia permanece intacta. Su paso por programas como Enamorándonos, Acapulco Shore y Survivor México solo ha refinado sus aspiraciones, elevando sus estándares en cada aspecto de su vida.

“No creo que la fama haya cambiado algo en mi persona… Lo que sí ha cambiado, obviamente es mi forma de pensar, la forma de ver la vida, las aspiraciones que tengo, me he vuelto más ambiciosa”, explica. Esta ambición la ha llevado a tener “estándares muy, muy altos” en todo, desde sus relaciones hasta sus proyectos profesionales, que ahora incluyen el deseo de participar en realities internacionales.

Sin embargo, el camino de la fama tiene su precio. Jacky es consciente de las puertas que se cierran, especialmente aquellas relacionadas con el contenido explícito en su plataforma. “El hecho de tener OnlyFans y salir en cierto tipo de realities te cierran puertas a algunos otros proyectos”, admite. Pero lejos de arrepentirse, lo ve como una elección de vida que le ha permitido ser dueña de su sustento: “El OnlyFans es de lo que menos me arrepiento, ya que es mi base principal… yo pago mi casa, compro mis cosas, viajes, etc”.

 

 

Más allá de la polémica

Es precisamente en OnlyFans donde Jacky da rienda suelta a su creatividad y a la promesa de la “sin censura”. Para ella, cada sesión es una manifestación artística planeada al detalle. “Ahí van a encontrar todo lo que siempre han querido ver, sin censura, cuando digo todo realmente me refiero a todo sin dejar nada a la imaginación”, revela.
Jacky se enorgullece de su recorrido y de la persona en la que se ha convertido. Al mirarse al espejo, no solo celebra su cuerpo (“Me encanta mi cuerpo… mi cintura, mis piernas, mi nariz… todo en cuanto a mi cuerpo, físicamente estoy muy contenta”), sino también su evolución mental.

A pesar de la imagen de mujer fuerte y a veces “peleonera” que proyectó en televisión, Jacky confiesa la existencia de una faceta completamente opuesta, celosamente resguardada. “Soy una persona sumamente sensible, muy emocional, y eso es algo que a mí me cuesta trabajo mostrar, no es que me dé vergüenza, pero me siento vulnerable, me siento frágil, a mí no me gusta que me vean así”, confiesa, revelando una capa de humanidad que cada vez es más difícil que se vea en las redes.

Respecto a la polémica que la persigue, la toma con una indiferencia bien ganada. “La persona más polémica en este caso soy yo”, bromea, señalando que las críticas son una constante desde su infancia. “La única diferencia es que ahora estoy dentro de la fama, en la televisión, en los realities, en la redes”, afirma, asegurando que ya no hay nada que la afecte.

Finalmente, su mensaje a sus seguidores es un espejo de su propia historia de éxito y autodeterminación: “Me gustaría que la gente supiera que todo, todo, es posible: si lo puedes soñar, lo puedes lograr… y pues aquí soy yo un vivo ejemplo que al final lo que he logrado ha sido por mí sola”.

Desde Survivor, donde por varios días solo comió una cucharada de arroz y una de frijoles, hasta la portada de Penthouse, Jacky Ramírez es la prueba de que la perseverancia, incluso con las puertas cerradas, convierte los sueños más ambiciosos en una realidad sin censura.

 

 

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