¿Quién da más?

Las relaciones de pareja pueden volverse una situación en donde los términos no son igualitarios. Por ello es muy valioso poner en la mesa cuáles son los tratos de ambas partes.

 

En la guerra y el amor… ¿todo se vale?

 

En México escuchamos a mujeres diciendo frases como: “mi papá mantiene a mi mamá y así me educaron, así que eso es lo que yo quiero”, “lo suyo es nuestro y lo mío es mío”, “nunca le digas a tu esposo cuánto ganas, no seas tonta” y “al marido, ni todo el amor ni todo el dinero”.

 

Lo que me encantaría saber en realidad es: ¿a qué te refieres explícitamente con tenerlo contento y satisfecho?, ¿es un tema de estar puestísima para lo que él quiera, cuando quiera y como quiera, pese a tus malos ratos?, o simplemente, ¿es un tema de gratitud y hacerte a ti y a él la relación más llevadera? Ahí es donde creo que está la gran diferencia. La meta final de cada uno. Y lo que estamos dispuestos a dar, permitir y hasta aguantar por llegar a ella. Porque en la guerra y en el amor todo se vale, ¿o no?

 

Cansancio, Culpa, agradecimiento

 

Las que trabajan todo el día lejos de casa son como una esponja exprimida que entre el hogar, el trabajo, los niños y el esposo, sienten que no les queda ni una gota por derramar.  Además las acompaña la culpa a todas horas y en todos lados. Viven una lucha constante donde no saben si sentirse orgullosas o si están haciendo lo correcto y si sus prioridades están bien colocadas.

 

Por su parte, las que no trabajan se sienten en deuda infinita y acaban minimizando todo lo que ellas son y hacen, endiosando al “proveedor de la casa”, a quien “le deben todo”. También están las que se despiertan cada mañana sintiéndose merecedoras del universo. Para ellas, la extensión de la tarjeta, los viajes, los regalos y la vida que llevan es lo mínimo que se merecen, ya que siempre fueron “princesas”.

 

Acuerdos

 

Me pregunto, ¿qué dan ellos y qué damos nosotras a cambio? Conozco mujeres a las que si el esposo les llega borracho de una cita de trabajo y de madrugada, ya queda en entendido que no va a haber sexo un buen rato y que no se les acerquen ni para piojito. Valores entendidos que nadie pronuncia, pero se asumen tal cual.

 

Asimismo, conozco hombres que, de plano, prefieren no llegar a casa y aparecen al día siguiente, ya que su mujer es de esas que dicen no tener a dónde ir y cree que no sería nada sin él, entonces ellos viven seguros de que no los van a dejar. Estamos en una época donde muchas veces el hombre condiciona con dinero y la mujer con sexo.

 

Y la otra cara de la moneda son las mujeres que califican a los esposos según gasten en ellas. Entonces, si pagan todos los gastos de la casa, el súper, manicure, pedicure, facial, clases de spinning, ayuda de planta y no se quejan de uno que otro tarjetazo, entonces son los esposos del año.

 

¿Quién da más?

 

Podemos enumerar pros y contras de la vida de hombres y mujeres. Cada quién, hágalo. ¿Quién da más? El secreto radica en los acuerdos, y sobre todo en cumplirlos. Para eso se hicieron, ¿o no? Los tratos que no se cumplen fueron sueños guajiros y pérdida de tiempo. Prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila. Las relaciones ya son lo suficientemente complicadas como para agregarles problemas. Está perfecto lo que les funcione, lo que realmente los tenga en paz.

 

Pactos de pareja

 

Lo único importante es que cada uno según sus preferencias (de todos tipos) sea cómplice de su pareja, hagan acuerdos juntos, cúmplanlos y vayan viendo si les funcionan y les permitan crecer como pareja. Cualquier pacto va a ir cambiando porque vamos cambiando nosotros y se irán amoldando a cómo estar mejor juntos. Ese es el punto. ¿Hicieron acuerdos? ¿Ya no les acomodan? Cámbienlos y estén de acuerdo en cumplirlos.

 

Nadie dijo que las relaciones sean fáciles ni sencillas, pero las escogemos a placer para ser felices con alguien más. Y a la pregunta: ¿quién da más? No es competencia. Habrá que dar con la fórmula de cada uno para estar mejor con la compañía que elegimos. De eso va. Escriban sus acuerdos, sus promesas y así lo pueden revisar cada tanto y actualizar con una noche de tragos.