FELICIDAD

La felicidad es un término que se da por hecho en esta era moderna. Creemos que entre más placer experimentamos más felices somos, pero esto no siempre es así.

 

“Confundimos el placer con la alegría.”

 

La felicidad es paz, pero la paz proviene de la plenitud, del bienestar y de la capacidad de estar presente en el vacío. El tema es que nos da terror atrevernos a tocar nuestros propios abismos, por eso recurrimos constantemente a estimulos como los cigarros, la comida, el alcohol o el sexo. Confundimos el placer con la alegría.

 

 

Profundicemos

 

La liberación de dopamina le dice al cerebro cuándo esperar algo gratificante, modula qué tan agradable será y nos impulsa a buscar sensaciones placenteras. Este neurotransmisor se comunica con la parte frontal del cerebro y es importante para muchas otras funciones, incluyendo el comportamiento, las emociones y la cognición.

 

Por un lado, la dopamina motiva al cerebro para trabajar por una recompensa. Sin embargo, cuando buscamos esta estimulación en exceso, corremos el riesgo de volvernos adictos,  pero también de que nuestros receptores cerebrales se abrumen. 

 

El placer y el exceso

 

Cuando esto ocurre, el cerebro responde produciendo menos dopamina o eliminando los receptores de dopamina. Algo similar a bajar el volumen de un altavoz cuando el ruido se vuelve demasiado fuerte, pero en el caso de nuestros excesos, ya nada es suficiente.

 

No obstante, es común preguntarse ¿qué me genera la ansiedad de seguir buscando sensaciones que me resultan contraproducentes? Y la respuesta está en el placer y en el exceso de éste.

 

Reflexionar sobre este tema me llevó a recordar un fragmento del libro El poder del ahora de Eckhart Tolle. “El placer siempre se deriva de algo externo a ti, mientras que la alegría surge de adentro”. Tendemos a confundir erróneamente la felicidad con tener más, con experimentar más, con probar más.

 

 

Pero una vez que obtienes más, ¿estás realmente feliz? y¿Cuánto dura esta sensación?  

 

Recuerda que tú tienes la libertad de elegir tu vida y dejar de permitir que el dinero o lo que sea te detenga. Tenemos que decidir por nosotros mismos qué es suficiente para nuestra felicidad.

 

Los humanos tendemos a pensar cosas como:  “cuando sea rico seré feliz”, “cuando tenga salud”, “cuando logre esto”. Pero te compartiré un secreto: el  futuro jamás llega.

 

¡Decidamos por nosotros mismos qué es suficiente para nuestra felicidad!

 

Te invito a reflexionar sobre las cosas a las que les das valor. Puede que te des cuenta de que lo que más valor tiene no tiene precio. La felicidad está en detalles simples como una sonrisa, un momento tierno o un suspiro de relajación.